miércoles, 27 de enero de 2016

TERCERA PARTE: Evaluación del funcionamiento intelectual y en diversas áreas de la psicología

EVALUACIÓN DE LA INTELIGENCIA

Debemos de empezar diciendo que la evaluación de la  inteligencia y su desarrollo desde una mirada psicométrica tiene su origen en las escalas creadas por Binet y el concepto de inteligencia que se halla a la base de las mismas.



Los test de inteligencia suelen medir la capacidad de una persona en varias áreas globales, como por ejemplo razonamiento, comprensión verbal entre otros, mediante la cual se puede llegar a inferir el nivel del funcionamiento académico para ciertas ocupaciones.

Si lo analizamos desde una perspectiva tradicional, se podrá clasificar los test de inteligencia de la siguiente forma:

Test fundamentados en la metodología racional

Acá encontraremos las pruebas construidas a partir del modelo teórico de un determinado autor. Son instrumentos en donde la procedencia de la inteligencia proviene de la rama clínica de la psicología.
En este sector abundan los instrumentos personalizados es decir, de aplicación individual, como por ejemplo el WAIS,  ya que ha sido construido a partir de la teoría de la inteligencia de Wechsler.
Para Wechsler la inteligencia es una parte de la personalidad total, ya que está formada por un gran conjunto de capacidades que permiten la adaptación del sujeto al entorno. A causa de esto se construyeron tests que alberguen distintas tareas, en donde cada una de las cuales refleja un aspecto de la inteligencia.




Test fundamentados en la metodología factorial

En esta parte nos referimos a lo construido en base a la metodología del análisis factorial. Usualmente son instrumentos que se aplican en grupo.
Hay dos conocidos subgrupos en esta posición:

Test de factor G: 
En donde se realiza una estimación del funcionamiento intelectual a partir de una medida única que se relacione con el factor G. El prototipo en estos tipos de pruebas es el test de matrices progresivas de Raven.

Historia de la metodología factorial
El punto de origen en este enfoque parte de la metodología factorial, la cual la podemos encontrar en los cometidos de Spearman quien en 1904 estudió cuales eran los componentes principales de la inteligencia utilizando el análisis factorial que le daba el acceso a encontrar correlaciones entre las diferentes pruebas.
Desde esta posición se llegan a dos conclusiones: la inteligencia no es un rasgo unitario y la inteligencia no es un conjunto de rasgos inconexos. (Tiempo después  se postula la existencia del factor G).

Tests de aptitudes intelectuales: 
Evalúa la capacidad para una serie de tareas o habilidades relativamente específicas. El ejemplar de este tipo de instrumentos es el PMA de Thrustone.

Ya que estos test no evalúan la inteligencia desde una forma global, muchos autores consideran que estas pruebas constituyen una categoría muy distinta a la de las pruebas de inteligencia.










REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Fernández-Ballesteros, Rocío. (2000). Introducción a la evaluación psicológica Vol.I.Madrid: Pirámide.

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