EVALUACIÓN
DE LA INTELIGENCIA
Debemos de empezar diciendo
que la evaluación de la inteligencia y
su desarrollo desde una mirada psicométrica tiene su origen en las escalas
creadas por Binet y el concepto de inteligencia que se halla a la base de las mismas.
Los test de inteligencia
suelen medir la capacidad de una persona en varias áreas globales, como por
ejemplo razonamiento, comprensión verbal entre otros, mediante la cual se puede
llegar a inferir el nivel del funcionamiento académico para ciertas
ocupaciones.
Si lo analizamos desde una
perspectiva tradicional, se podrá clasificar los test de inteligencia de la
siguiente forma:
Test
fundamentados en la metodología racional
Acá encontraremos las
pruebas construidas a partir del modelo teórico de un determinado autor. Son
instrumentos en donde la procedencia de la inteligencia proviene de la rama clínica
de la psicología.
En este sector abundan los
instrumentos personalizados es decir, de aplicación individual, como por
ejemplo el WAIS, ya que ha sido
construido a partir de la teoría de la inteligencia de Wechsler.
Para Wechsler la
inteligencia es una parte de la personalidad total, ya que está formada por un
gran conjunto de capacidades que permiten la adaptación del sujeto al entorno.
A causa de esto se construyeron tests que alberguen distintas tareas, en donde
cada una de las cuales refleja un aspecto de la inteligencia.
Test
fundamentados en la metodología factorial
En esta parte nos referimos
a lo construido en base a la metodología del análisis factorial. Usualmente son
instrumentos que se aplican en grupo.
Hay dos conocidos subgrupos en
esta posición:
Test
de factor G:
En donde se realiza una estimación del
funcionamiento intelectual a partir de una medida única que se relacione con el
factor G. El prototipo en estos tipos de pruebas es el test de matrices
progresivas de Raven.
Historia de la metodología
factorial
El punto de origen en este
enfoque parte de la metodología factorial, la cual la podemos encontrar en los cometidos
de Spearman quien en 1904 estudió cuales eran los componentes principales de la
inteligencia utilizando el análisis factorial que le daba el acceso a encontrar
correlaciones entre las diferentes pruebas.
Desde esta posición se
llegan a dos conclusiones: la inteligencia no es un rasgo unitario y la
inteligencia no es un conjunto de rasgos inconexos. (Tiempo después se postula la existencia del factor G).
Tests
de aptitudes intelectuales:
Evalúa la capacidad para una serie de
tareas o habilidades relativamente específicas. El ejemplar de este tipo de
instrumentos es el PMA de Thrustone.
Ya que estos test no evalúan
la inteligencia desde una forma global, muchos autores consideran que estas
pruebas constituyen una categoría muy distinta a la de las pruebas de
inteligencia.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Fernández-Ballesteros, Rocío. (2000). Introducción a la evaluación psicológica Vol.I.Madrid: Pirámide.
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